Para que la entonación sea tan precisa como sea posible, la longitud vibrante de la cuerda debe ser proporcional a la longitud de la escala, la acción y el calibre de la cuerda. Sin una entonación debidamente ajustada es imposible lograr una afinación precisa a todo lo largo del diapasón. Es importante cambiar las cuerdas antes de ajustar la entonación (o verificar que las que están puestas estén en muy buen estado) y comprobar que la altura de la cejuela, la curvatura del mástil y la dinámica de la guitarra estén correctamente ajustados, así como que los trastes estén en un estado aceptable.
En la mayor parte de las guitarras eléctricas, los soportes ajustables permiten entonar cada cuerda individualmente.
Entonar (Quintar)
Tras afinar la cuerda se compara la nota al aire con la obtenida en el 12vo. traste. Si queda ligeramente por debajo de la octava habrá que acortar la longitud de la cuerda. Si es demasiado aguda (arriba de la octava) habrá que hacer lo contrario. El ajuste debe continuar hasta que ambas notas correspondan.
Un afinador electrónico resultará de gran ayuda para este ajuste. Debajo de la octava es cuando la aguja no llega a
"0" y arriba de la octava es cuando esta se pasa. Pero si se hace de oído puede ser preferible utilizar el armónico
sobre el 12vo. traste en lugar de la cuerda al aire. La mayor parte de las guitarras acústicas tienen un puente fijo,
por lo que los ajustes de entonación deben ponerse en manos de un especialista.
En los puentes tipo Tune-O-Matic, que vienen en las guitarras Gibson, serás necesario aflojar la cuerda para poder
acceder al ajuste del tornillo de la selleta. En los puentes como los usados por la Fender, esto no será necesario.